Hace poco me acorde que en secundaria había sido el lugar donde más escribía cuentos, historias o sucesos, así como lo hago aquí en el blog. Nunca le voy a dar las gracias a ese maestro que me permitió hacerlo, pero acepto que era bastante divertido el escribir mis ocurrencias durante su clase.
Era mi maestro de cívica y ética, con el libro que nos daban de la SEP él nos ponía a hacer un resumen de cada lectura. Iniciaba la clase diciendo:
-Abran el libro en la pagina "X" y hacen un resumen en sus libretas de 3 a 4 hojas y al finalizar me lo traen para firmarlo y se pueden retirar.
Y eso era al principio, después simplemente nos dejaba escrito en el pizarrón las paginas para resumir y mientras nosotros estábamos como burros escribiendo él se la pasaba leyendo su periódico, hubo ocasiones que lo vi resolviendo los crucigramas. Al principios hice como todos, copiar textualmente del libro hasta llenar el numero de hojas que el pedía, pero después me fui dando cuenta que ni siquiera se tomaba la molestia en leer nuestros “resúmenes”, solo veía el titulo, el primer párrafo, contaba el numero de hojas y firmaba.
¿A poco después de ese descubrimiento creían que yo seria capaz de continuar con el martirio de escribir cosas que ya estaban en un libro????
Comencé una rutina, todos los viernes era de sacar el libro, copiar el titulo y el primer párrafo y prestarle mi libro a una compañera que había perdido el suyo y entonces era cuando comenzaba, escribía de todo, de lo que me había pasado en la semana, escribía cuentos, y mil ocurrencias más, y cuando estaba por llegar al limite de hojas, le pedía a mi compañera el libro para copiar el ultimo párrafo, entonces esperaba a que se juntaran varios a firmar, así con el apuro no tendrá tiempo de leer lo que escribí, aunque he de admitirlo, todo el tiempo tenia miedo de que me cachara.
Sé que el maestro tiene una enorme culpa de no enseñarnos absolutamente nada, pero yo también tengo culpa de no haber siquiera intentado aprender algo de su materia.
Para ser maestro hay que tener vocación, muchos maestros de hoy ya no la tienen. Los alumnos no aprenden y se va la vida cargando la no enseñanza, es una pena.
ResponderEliminarsaludos.
Por eso dije y repito "Nunca le voy a dar las gracias". Era el maestro de ética y ni siquiera con el ejemplo nos pudo enseñar algo de la materia, de lo que me arrepiento fue no haber guardado esos cuadernos.
EliminarTe mando saludos y un fuerte abrazo ;)
¡jajajjajajajjajajajaj! No deberías sentirte culpable; en realidad aprendiste mucho de esa materia. Qué creativa forma de burlarse de una "autoridad" educativa que lo único que hace es ser un parásito que además es parte del problema que esta sociedad acarrea desde hace mucho tiempo: la educación.
ResponderEliminarPara mí eres un excelente ejemplo de que las personas pueden andar por las grietas de este sistema (político, económico y social) que está a punto de colapsarse. Que tu espíritu rebelde nunca muera.
Sé feliz :)
jajaja
EliminarAhora si me hiciste el día, soy todo un ejemplo seguir, la verdad es que la imaginación siempre me ha invadido y el sentirme reprimida de esa forma era horrible, me hubiera sentido como un zomby si todo el año hubiera continuado con esos tediosos resúmenes.
No te preocupes que ahora siempre que veo un injusticia no me puedo quedar con los brazos cruzados y la boca cerrada, siempre se puede hacer algo ;)